La investigación, desarrollada por el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID, integrado en los NIH), experimentó en macacos rhesus con dos “potentes” anticuerpos ampliamente neutralizadores (bNAbs, sus siglas en inglés), el “3BNC117-LS” y el “10-1074-LS”.
Después de introducir en ambos “bNAbs” mutaciones genéticas, explican los expertos en un comunicado, prepararon “infusiones” para inyectarlas por vía intravenosa en diferentes grupos de primates.
Constataron que las “infusiones individuales” de cada “bNAbs” en dos grupos compuestos por seis simios cada uno, ofrecieron una protección de hasta 37 semanas ante una exposición semanal del SHIV, una mezcla entre el virus que ataca a estos animales (SIV) y el que se desarrolla en el hombre (HIV).
La protección en otros doce monos a los que no se les inyectó estas “infusiones individuales” solo duró, de media, unas tres semanas, indica el estudio.
Los investigadores, liderados por Malcolm A. Martin, del Laboratorio de Microbiología Molecular del NIAID, también analizaron la eficacia de inyecciones subcutáneas aplicadas a seis monos, en las que combinaron ambos “bNAbs” modificados.
La comunidad científica considera que la vía de administración subcutánea es la más apropiada para centros clínicos con recursos limitados.
Esta mezcla de “bNAbs”, que contenía una concentración tres veces menor que las infusiones intravenosas individuales, protegió a los sujetos durante una media de 20 semanas.
Con estos resultados, destacan en la nota, se demostró que las mutaciones genéticas introducidas en los citados anticuerpos incrementaron su durabilidad tras ser inyectadas, lo que extendió el periodo de protección.
Las mutaciones, precisa, no afectaron a la manera en que los “bNAbs” se acoplan al virus, a pesar de que lograron prolongar su actividad después de su administración.
En teoría, dicen, esta capacidad de resistencia podría alargar los periodos entre las visitas que se efectuarían a la clínica para recibir este tratamiento, “si se demuestra que es seguro y eficaz en humanos”.
“Este enfoque se une a otros medicamentos candidatos y tecnologías biomédicas cuyo objetivo es ofrecer protección a largo plazo contra el VIH, ante la ausencia de una vacuna del VIH”, sostienen los expertos en el comunicado.
Dado el “éxito” que tienen los “bNAbs” modificados en monos, los científicos han iniciado ya la primera fase de ensayos con el 3BNC117-LS, con vistas a probar la terapia completa en humanos afectados próximamente.
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