REDACCIÓN INTERNACIONAL.- Ante una multitud de seguidores, el opositor venezolano Juan Guaidó anunció que el 23 de febrero ingresará la ayuda humanitaria enviada por Estados Unidos, pese al rechazo del mandatario Nicolás Maduro que la considera la puerta a una intervención militar.
Guaidó, reconocido por unos 50 países como presidente interino, fijó el 23 de febrero cuando cumplirá un mes de haberse autojuramentado luego de que el Congreso declarara “usurpador” a Maduro por considerar que fue reelegido fraudulentamente.
Desde la tarima, el líder opositor de 35 años pidió a unos 250.000 voluntarios inscritos para colaborar en el ingreso de la ayuda organizarse este fin de semana en asambleas, cabildos y campamentos humanitarios itinerantes.
“La ayuda humanitaria va a entrar sí o sí a Venezuela, porque el usurpador va a tener que irse, sí o sí de Venezuela. No es la primera vez que Venezuela se va a librar de un tirano, esperemos sí que sea la última”, agregó.
Alimentos y medicinas enviados por Estados Unidos están desde hace cinco días almacenados en un centro de acopio de Cúcuta en el lado colombiano de la frontera con Venezuela, cerca del puente binacional Tienditas, que fue bloqueado por los militares con dos enormes contenedores de carga y una cisterna. El martes se habilitó un segundo centro de acopio, en el estado brasileño de Roraima, también fronterizo con Venezuela.
“Tendremos que ir en caravanas” a buscarla a la frontera, señaló el también jefe del Congreso de mayoría opositora.
El presidente socialista encabezó, por su parte, una manifestación de seguidores que expresaron rechazo a una “intervención imperialista” en el centro capitalino. “Queremos la paz para Venezuela, todos queremos la paz para Venezuela, que los tambores de guerra se alejen, que las amenazas de invasión militar se alejen”, manifestó.
Maduro niega que haya “emergencia humanitaria” y culpa de la falta de medicinas y comida a duras sanciones estadounidenses. “En Venezuela no hay hambruna”, dijo en una entrevista con la BBC de Londres difundida este martes.
La crispación ocurre en plena debacle económica, con escasez de medicinas y alimentos impagables para la mayoría por la hiperinflación. Unos 2,3 millones de venezolanos (7% de la población) huyeron del país por la crisis desde 2015, según la ONU.
Buscando quebrar a la Fuerza Armada, sostén del gobierno, Guaidó ofreció amnistía a los militares que desconozcan a Maduro y les advirtió que impedir el paso de alimentos y medicinas es un “crimen de lesa humanidad”.
“Una orden directa a la Fuerza Armada: permitan que ingrese la ayuda humanitaria de una vez por todas”, manifestó Guaidó, entre la ovación de sus seguidores que gritaban: “Sí se puede”.
Pero la cúpula castrense hace eco del calificativo de “show político” que dio Maduro a la ayuda humanitaria. Esta semana, los militares realizan ejercicios ante una eventual acción armada no descartada por el presidente Donald Trump.
Maduro descartó que haya un choque entre las tropas y los voluntarios. “No habrá represión de esas características”, dijo a la BBC.
Levantando una pancarta que reza “Es la hora del coraje”, Emilia Troya, estudiante de administración de 24 años, dice a AFP que la “única ruta” es la de Guaidó porque Venezuela vive en “dictadura” y “hay miseria y hambre”.
El jueves se celebrará una conferencia sobre ayuda humanitaria en la sede de la Organización de Estados Americanos (OEA) en Washington, en la que hablará Guaidó a través de un video.
El secretario general de la OEA Luis Almagro arengó a un grupo de jóvenes venezolanos en un evento realizado el martes la sede de la organización regional.
“Ningún militar puede detener a los jóvenes venezolanos, ningún militar puede detener la ayuda que el pueblo precisa, la juventud (…) va a lograr que Venezuela y su pueblo acceda a los recursos necesarios. Sigan adelante, a romper las cadenas”, dijo en un tuit Almagro.
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